episodio 11 – ¿Un espía entre nosotros?

extraterrestre

¿Cuántos?
La pena hizo que Ezra enmudeciera por un instante.
-2000, hasta el momento. Aún esperamos reportes de la cuarta flota.
-Definitivamente un maldito desastre.  Sr. Ezra prepare el contacto con el almirante Gonzu.

La información no era correcta. Inteligencia no hizo su trabajo, o lo hizo mal, a propósito. –Pensó el joven capitán Chartrés, mientras acariciaba una antigua sortija de plata en su dedo índice.

Poco después de zarpar de Gloria AE7, planeta donde estaba ubicada la hacienda de su familia así como su tía Bethel, único familiar aún vivo, Emill Chartrés se había visto envuelto en una emboscada. El crucero de batalla Elena era manejado hasta ese momento por el experimentado capitán Félix Pran. A Chartrés le resultó extraño que Pran no hubiese tomado las medidas de seguridad necesarias al ingresar al sector. El no solía cometer esa clase de errores. Debieron haber sido los datos o quizá el enemigo conocía su curso ¿Pero qué enemigo? La Unión no tenía enemigos conocidos. Sin embargo, la posibilidad de un traidor parecía, de primer momento, imposible.

Solo había personal militar en el crucero, no existía misión alguna pendiente más que actividades de exploración y reconocimiento. Un ataque pirata estaba descartado de plano. Las naves enemigas no venían a robar; querían destruir el crucero, y lo lograron  ¿Pero por qué?  Si no hubiese sido por el auxilio de las fragatas de la cuarta flota las naves de escape hubiesen acabado como insectos aplastados en un jardín.

Espías, entonces; pero con qué fin…

-Traigan al teniente. –Ordenó el capitán.
Ezra estaba a punto de reproducir la orden. Sin embargo, se detuvo y luego respondió:
-Sr. Reportaron al teniente Huss muerto hace una hora.
-¿Qué? ¿Cómo?
-Se colgó señor.
-…¡Mande de inmediato un equipo de investigación a su despacho! ¡Que registren todo¡ ¡Quiero un reporte de sus últimos mensajes enviados y sus contactos!

Chartrés empezó a preguntarse si era posible. Necesitaba más información.

-Sr. Ezra. ¿Cuál es el estado del capitán Pran?
-Está en la enfermería Sr. Su pronóstico es delicado. Tiene gran parte del cuerpo con quemaduras de tercer grado.

Chartrés se dirigió a la enfermería. La tripulación corría de un lado a otro. Muchos debatían sobre qué pudo hacer que  flotas de (a)Qarwas los esperasen en este sector de la galaxia con el único motivo de destruirlos.

El joven capitán no había visto antes un cuadro así. “Largos años de paz hacen a los ejércitos débiles”. Las palabras de su padre, ya muerto, resonaron en su mente como una lección escolar. Los heridos  excedían la capacidad de la enfermería. Muchos debían llegar a la estación Éphira cuanto antes o morirían. Pran era uno de ellos. Varios soldados aguardaban en el piso, otros, los más graves, eran auxiliados en camas, que en algunos casos albergaban tres cuerpos.

Chartrés se detuvo frente al cristal que lo separaba de Pran, o de lo que quedaba de él.
-Por Dios, amigo ¿Quién te hizo esto? ¿Quién está tan loco para pelear contra la flota de la Unión?
-Está muy mal. No parece reaccionar a las medicinas.
Dijo, mientras aparecía a su lado, la Dra. Mitsuko, jefa del equipo médico. En sus manos sostenía el cuadro donde se establecía el diagnóstico de Pran.
-Tiene quemaduras en el 90% del cuerpo y tuvimos que amputar…
-Sí, lo puedo ver. ¿Dígame está consciente?
-No, pero cuando lo esté, cuando despierte, sentirá mucho dolor.
-Maldita sea. Dra. haga todo lo posible para que llegue a la estación vivo. Por favor, necesito saber cómo es que navegamos directo a ese infierno.
-Hago todo lo que está en mis manos. Está muy mal pero creo que resistirá hasta que lleguemos Éphira aunque no creo que su cuerpo pueda sobrevivir a una intervención.

Chartrés meditó al respecto. No podía esperar a que estuviese recuperado. Debía saber qué paso, quién le hizo eso a la embarcación de la Unión.

-Tengo a dos civiles por aquí. Nadie sabe nada de ellos por cierto. No poseen ningún tipo de identificación. Esperemos a llegar a  Éphira para cruzar su descripción.

Dijo la Dra. Mientras caminaba a un lado y le mostraba con el brazo a Eduardo y Gálae la hija de Nexos.

-Sí. Los reconozco. Los encontré en el salón de reuniones del crucero. Pero no tengo idea de quienes sean ni cómo llegaron allí.

Dijo Chartrés. Luego la Dra. Agregó:
-Es sorprendente pero la chica parece haberse recuperado casi de inmediato de sus quemaduras.
-¿Tiene idea de cuál es su especie?
-No realmente. Aunque tiene las características externas de una humana común. Aparte, sus órganos no presentan diferencias con los del homo sapiens.
-¿No ha despertado?
-No lo ha hecho. Pero puede hacerlo en cualquier momento.

Ahora este de aquí; parece conocer al capitán Pran.

-¿Cómo así?
-Bueno, no ha dejado de repetir su nombre. No me pregunte cómo, porque no tengo idea.
-Quiero hablar con ellos apenas despierten. Cualquiera de los dos ¿Bien?
-Si capitán.

Chartrés volvió a mirar el cuerpo enrojecido de Pran. A pesar de no tener idea de cómo se sentiría al despertar, el joven capitán sintió como el odio se apoderaba de su mente y su corazón. Luego se dijo a si mismo mientras su aliento empeñaba el cristal de protección.

-Voy a saber quién o quienes hicieron esto. Y cuando los tenga en mis manos, la Unión se puede ir a la mierda. Esos perros tendrán que responder por esta masacre.

Eduardo Guillén.
Año 2780

(a) Qarwas: Los Qarwas son una denominación utilizada para un grupo no definido de mercenarios espaciales no convencionales. En general son seres terrestres y extraterrestres de diversas especies motivados por, y aunque suene inverosímil, placer y diversión. Todos los seres que conforman sus filas se han sometido voluntariamente a procesos de alteración de ADN lo que ha  hecho que muchos no conserven la forma física ni mental  que heredaron de su especie. Mucho se ha hablado sobre su naturaleza y propósitos;  incluso se ha discutido seriamente sobre si exterminarlos o no ya que a muchos de ellos no les importan las consecuencias de sus actos, incluso si estos terminan en genocidios. Gran parte de su tiempo se ocupan en buscar estimulantes y nuevas variaciones o fórmulas que les ayuden a, según ellos, evolucionar. Al respecto, se han reportado avistamientos de algunos Qarwas diminutos como hormigas mientras que otros afirman haber visto a seres de incontables brazos y piernas.  Diversas civilizaciones los han calificado de aberración. En el ataque al crucero Elena, Chartrés se sorprende de que los Qarwas hayan estado tan bien organizados pese a su natural comportamiento errático. Aunque hubieron datos de una pérdida de hasta 300,000 de estos seres, debido a la sostenida defensa del crucero, su número real se cuenta por cientos de millones, sino miles. Su cantidad exacta es desconocida hasta el momento.

About Eduardo Guillén - Banischlock

Dicen que tengo imaginación pero muchas veces es la imaginación la que me tiene a mí.
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1 Response to episodio 11 – ¿Un espía entre nosotros?

  1. Denisse says:

    Todo un mundo nuevo…impresionante! (Y) sigue escribiendo!

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